martes, 19 de abril de 2011

Temporada Otoño-Invierno

¿Qué se puede escribir? Hay cosas las cuales a veces uno no comprende, no le encuentra ni lógica ni razón social. O es que uno ya no encaje dentro de los paradigmas de la sociedad, o estoy desfasado, ¿qué ch…icha pasa? Y como a veces trato de no callarme nada, pues se me ocurre a hacer uso de mi raciocinio hepático, ojo he dicho hepático no apático que quede claro cristalino, para ver si en realidad las cosas están fuera de órbita, o yo no encajo dentro de la órbita del cometa.

Es ridículo lo que voy a escribir, pero para que vean que soy una persona leal y fiel a mis convicciones, ideales y demás cojudeces haré gala de mi estringulis ridiculis literatum, y no pidan explicación de lo que significa eso, porque no la sé. Hoy a la hora del almuerzo miraba la televisión, como es costumbre viendo lo que a esa hora están viendo las señoritas del servicio del hogar. No quiero decir el nombre del programa que dan en televisión nacional, señal abierta, al mediodía, porque el programa me llega a la punta de mis testículos, que dicho sea de paso son redondos y no tienen punta. De pronto en el programa estaban desfilando unas modelos en lencería, y todo me parecía perfecto, que lindo es ver mujeres en lencería, es tan chévere como verlas en bikini. Lo que me sacó de cuadro y me termina motivando a escribir estas cosas fue el tema de la exposición de la lencería: “Temporada Otoño-Invierno”

¿?

“Temporada Otoño-Invierno”. Yo entiendo sobre las tendencias de la ropa para cada estación del año, en invierno hay que usar ropa que ayude a sentirnos cómodos y calientitos, en primavera ropa más fresca, en otoño para que no se nos caiga nada, y en verano ropa que nos caliente las hermanas, no perdón quise decir hormonas. Cada cual con la combinación de colores, formas y diseños que representan cada estación; si es primavera diseños más floripondios, si es verano palmera con los cocos colgando, si es otoño con las nalgas caídas, diga algas; y si es invierno como árbol desnutrido sin hojas, con cara de oso y aroma de pinos frondosos. Hasta aquí todo está correctamente sintonizado. El disonante es: ¿Qué sucede con la ropa íntima? No comprendo si estos diseños se adecuan a cada estación. El hilo dental es rico, en verano, otoño, invierno y primavera, igual que el babydoll, el encaje, la transparencia, el bóxer, etc.

A lo mejor algún consultor de marketing habrá descubierto un nicho de mercado de lencería donde el consumidor inclina su decisión de compra de estas prendas según la estación del año. A lo mejor hay alguna relación. Ahora pongámonos en la piel del consumidor. Elegir prendas íntimas de acuerdo a la temporalidad. Es como creer que el rojo pasión me dejará mis partes íntimas más frescas en verano, o que el bóxer de colores opacos hará que no se me encoja en invierno. Que yo sepa que la sensación térmica que puedan emitir algunas prendas de acuerdo al color es dependiendo de su exposición a la luz solar, y hasta donde sé nadie sale en calzones a la calle. ¿Y los diseños? Veía a las modelos con unos diseños muy sexys, muy hots, ¡uff! Tan diminutos que tampoco le hallo relación del diseño con la sensación térmica de la temporada. Entonces, si tú compras ropa íntima porque te convence la campaña de ventas según la estación del año, déjame decirte que te están metiendo el dedo. A mi parecer la ropa de estación debe obedecer más a la funcionalidad que al color. Cada vez la frivolidad ciega a la funcionalidad de las cosas. Y lo práctico es dejado de lado, gracias a lo patético. No se dan cuenta que igual les va apestar el sobaco de la ingle así uses colores de primavera, o te pongas un calzón con el dibujo de un ventilador en verano. “Victoria Secret y su línea colores aromas para el verano lo más nice, fresh, cutie, sexy, fashion & cool de la temporada para que tu pareja deje el viagra.” Y la gente compra, convencido de ello. Ya comprendo porque nos vamos a la segunda vuelta con Humala y Keiko. “Amor, mira mi tanga Secreto de Gamarra, con encajes de otoño para tener inviernos calientes.” ¡Nooooo! ¿Por qué? ¿Qué nos pasa? ¡Grrrrrrrrrr! El Gastón Acurio bizarro diría: “Con un poco de ingenuidad de nuestro generosos consumidores, nuestros estafadores serian los mas rankeado del mundo, que envidia sentirían los demás países, ¿no?” ¡Por el amor de Dios! ¡Bah! ¿Dónde se ha visto esto?

Me imagino una velada de esas bien ardientes, en plena faena, semidesnudos, y de pronto tu pareja hace la de corrida de caballo parada de mula, y te reclama y te arma la bronca porque tu ropa de interior no es adecuada según la estación, no es fashion; y por consiguiente esa pasión se apaga de golpe. O que tu pareja se rompa la cabeza pensando cuando casarse, para que su lencería combine con la estación y darte una noche de bodas fashion, cuando lo que debe pasa por la cabeza de los novios es como van adecuar sus vidas como matrimonio. Se imaginan un dialogo: -“Mi amor con esos colores veraniegos de tu calzoncillo en pleno invierno crudo va a resfriar el pajarito, usa colores invernales”. ¡Bah! Que tonto, ridículo, estúpido, frívolo dejarse llevar tontamente por una tendencia tonta. “Amor esa tonalidad beige de tu sostén me hace florecer como los tallos en la primavera”. “Amor he descubierto que te amo más cuando tu lencería es más fashion”. ¿Se imaginan a las parejas comportándose así? Sin comentarios.

Es posible, que existan personas que les parezca interesante estar a la moda estacional con la ropa interior. Yo les digo a ellos que mi blog es más interesante. ¡Immmmbeshilesh!

¿Y, tú? ¿Cuál es tu estación favorita que combina con los colores de tus calzones?