sábado, 14 de mayo de 2011

¿Te gusta que te metan el dedo?

Como es costumbre en nuestro país, cada cinco años nos achaca una nueva fiesta electoral. Y digo nos achaca, porque nosotros terminamos siendo atacados, atosigados, ahorcados, ahogados de las campañas electorales. Publicidad estática, mítines, caravanas (caos vehicular), propagandas en la televisión, en la radio, las encuestas, peleas con los amigos cuando discrepas de candidato; y lo peor de todo que nunca gana el que tu quieres, a mi humilde saber, el mejor. ¡Qué mierda!

Peor es aun, cuando siempre se resuelve todo en segunda vuelta, o sea, un par de meses más con el mismo postre.

Recuerdo la primera vez que fui a votar, me puse tan nervioso que me temblaban las manos al marcar. Tanto así, que la cruz parecía el cruce de dos Pasamayos. Espero que hayan validado mi voto.

Pero creo que estas manifestaciones nerviudas, como dicen en mi tierra, es muy común en jóvenes primerizos. A ver, que tire la primera piedra quien no sintió nervios cuando perdió la virginidad… Por allí me cayó una roca de alguien, que creo que aun es virgen. El año pasado tuve la suerte de ser Presidente de Mesa y noté el mismo nerviosismo de muchos jovencitos que votaban por primera vez. Unos un poco más y se bañaban con la tinta indeleble que se usa para marcar el dedo medio, si ese que a muchos y muchas les encanta que se lo metan, ¡jajajajaja!

Personalmente yo dejaba que la gente introdujera su dedo sobre el tintero, y hubo gente que solo quería la puntita. ¡No pues mal pensados! Solo la punta del dedo querían marcarla con la tinta. A ellos les decía que si gustaban que obvien ese paso, porque valgan verdades yo no entiendo a estas alturas del milenio el porqué de la tinta. Y así economizábamos tinta para siguientes procesos electorales. Es mas a los otros miembros de mi mesa les dije que ningún miembro de mesa iba a manchar su dedo con la tinta indeleble, y mi sugerencia fue muy bien acatada. ¡Al carajo con esas monadas totalmente desfasadas! Y no es que no me guste meter el dedo, solo que no me gusta manchármelo. Además si nos manchábamos los dedos después se iban a manchar las ‘cuchucientas mil’ actas que había que llenar. Gracias a Dios que para las próximas elecciones ya no estará esta tinta.

Yo veía en la mesa de al frente que había un miembro de mesa que se jactaba de ser un respetuoso de la ley y obligaba a todos los votantes a que embarraran la mitad de su dedo con la tinta. Incluso a muchos les metía el dedo. Al tintero obviamente. Pero que personaje, que además de ser tan pegado a la letra me caía demasiado idiota, que se creía ese sujeto para obligar a las personas a que se manchen cojudamente la mitad de su dedo.

Recuerdo también una vez que había un miembro de mesa que a lo lejos se le veía que le gustaba el concolón, o sea se le quemaba el arroz, ¡fo! Era uno de esos que no solo los distingue por la vista, sino que hasta por el olfato te das cuenta que es gay. Y cuando fui personero saque a colación la presencia de esta sujeto con los miembros de mesa, y sí se acordaban de este pato. Y nos lleno de curiosidad de ver quién era, y vaya sorpresa la que nos dimos. Porque este sujeto que en las anteriores elecciones parecía, esta vez llegó vestido de mujer, con su nombre y foto masculino en su DNI.

Yo en las capacitaciones que tuve cuando fui miembro de mesa, conté de esta caso a los instructores, porque esto puede ser un caso de identidad confusa, lo cual es causal de impugnar al elector. No porque se discrimine, sino quien en verdad tiene esas inclinaciones debe manifestarlas en su propio DNI. O sea que pasa si vez el DNI de un gay cuya foto es muy varonil, con barba, etc. y en vivo y en directo ves una chica esta mejor maquillada que tu mamá y mejor afeitado que tú y yo juntos. O al contrario, porque ya hay casos de transexualidad femenina que toman testosteronas para que aparenten como hombres. Ya te quiero ver cuando veas la foto de DNI de una de estas que sea una mamacita y cuando veas la realidad esa flaca con bigote, con una voz más grave que la tuya, con un cuerpo a lo “Shcuazersumeier” y que parece más hombre que tú. Pero tranquilo, ella no coqueteara contigo, así que protege a tu hermana.

Y tantas cosas que se ven en época de elecciones. ¿Y tú? ¿Te dejarás meter el dedo este 05 de junio?

martes, 19 de abril de 2011

Temporada Otoño-Invierno

¿Qué se puede escribir? Hay cosas las cuales a veces uno no comprende, no le encuentra ni lógica ni razón social. O es que uno ya no encaje dentro de los paradigmas de la sociedad, o estoy desfasado, ¿qué ch…icha pasa? Y como a veces trato de no callarme nada, pues se me ocurre a hacer uso de mi raciocinio hepático, ojo he dicho hepático no apático que quede claro cristalino, para ver si en realidad las cosas están fuera de órbita, o yo no encajo dentro de la órbita del cometa.

Es ridículo lo que voy a escribir, pero para que vean que soy una persona leal y fiel a mis convicciones, ideales y demás cojudeces haré gala de mi estringulis ridiculis literatum, y no pidan explicación de lo que significa eso, porque no la sé. Hoy a la hora del almuerzo miraba la televisión, como es costumbre viendo lo que a esa hora están viendo las señoritas del servicio del hogar. No quiero decir el nombre del programa que dan en televisión nacional, señal abierta, al mediodía, porque el programa me llega a la punta de mis testículos, que dicho sea de paso son redondos y no tienen punta. De pronto en el programa estaban desfilando unas modelos en lencería, y todo me parecía perfecto, que lindo es ver mujeres en lencería, es tan chévere como verlas en bikini. Lo que me sacó de cuadro y me termina motivando a escribir estas cosas fue el tema de la exposición de la lencería: “Temporada Otoño-Invierno”

¿?

“Temporada Otoño-Invierno”. Yo entiendo sobre las tendencias de la ropa para cada estación del año, en invierno hay que usar ropa que ayude a sentirnos cómodos y calientitos, en primavera ropa más fresca, en otoño para que no se nos caiga nada, y en verano ropa que nos caliente las hermanas, no perdón quise decir hormonas. Cada cual con la combinación de colores, formas y diseños que representan cada estación; si es primavera diseños más floripondios, si es verano palmera con los cocos colgando, si es otoño con las nalgas caídas, diga algas; y si es invierno como árbol desnutrido sin hojas, con cara de oso y aroma de pinos frondosos. Hasta aquí todo está correctamente sintonizado. El disonante es: ¿Qué sucede con la ropa íntima? No comprendo si estos diseños se adecuan a cada estación. El hilo dental es rico, en verano, otoño, invierno y primavera, igual que el babydoll, el encaje, la transparencia, el bóxer, etc.

A lo mejor algún consultor de marketing habrá descubierto un nicho de mercado de lencería donde el consumidor inclina su decisión de compra de estas prendas según la estación del año. A lo mejor hay alguna relación. Ahora pongámonos en la piel del consumidor. Elegir prendas íntimas de acuerdo a la temporalidad. Es como creer que el rojo pasión me dejará mis partes íntimas más frescas en verano, o que el bóxer de colores opacos hará que no se me encoja en invierno. Que yo sepa que la sensación térmica que puedan emitir algunas prendas de acuerdo al color es dependiendo de su exposición a la luz solar, y hasta donde sé nadie sale en calzones a la calle. ¿Y los diseños? Veía a las modelos con unos diseños muy sexys, muy hots, ¡uff! Tan diminutos que tampoco le hallo relación del diseño con la sensación térmica de la temporada. Entonces, si tú compras ropa íntima porque te convence la campaña de ventas según la estación del año, déjame decirte que te están metiendo el dedo. A mi parecer la ropa de estación debe obedecer más a la funcionalidad que al color. Cada vez la frivolidad ciega a la funcionalidad de las cosas. Y lo práctico es dejado de lado, gracias a lo patético. No se dan cuenta que igual les va apestar el sobaco de la ingle así uses colores de primavera, o te pongas un calzón con el dibujo de un ventilador en verano. “Victoria Secret y su línea colores aromas para el verano lo más nice, fresh, cutie, sexy, fashion & cool de la temporada para que tu pareja deje el viagra.” Y la gente compra, convencido de ello. Ya comprendo porque nos vamos a la segunda vuelta con Humala y Keiko. “Amor, mira mi tanga Secreto de Gamarra, con encajes de otoño para tener inviernos calientes.” ¡Nooooo! ¿Por qué? ¿Qué nos pasa? ¡Grrrrrrrrrr! El Gastón Acurio bizarro diría: “Con un poco de ingenuidad de nuestro generosos consumidores, nuestros estafadores serian los mas rankeado del mundo, que envidia sentirían los demás países, ¿no?” ¡Por el amor de Dios! ¡Bah! ¿Dónde se ha visto esto?

Me imagino una velada de esas bien ardientes, en plena faena, semidesnudos, y de pronto tu pareja hace la de corrida de caballo parada de mula, y te reclama y te arma la bronca porque tu ropa de interior no es adecuada según la estación, no es fashion; y por consiguiente esa pasión se apaga de golpe. O que tu pareja se rompa la cabeza pensando cuando casarse, para que su lencería combine con la estación y darte una noche de bodas fashion, cuando lo que debe pasa por la cabeza de los novios es como van adecuar sus vidas como matrimonio. Se imaginan un dialogo: -“Mi amor con esos colores veraniegos de tu calzoncillo en pleno invierno crudo va a resfriar el pajarito, usa colores invernales”. ¡Bah! Que tonto, ridículo, estúpido, frívolo dejarse llevar tontamente por una tendencia tonta. “Amor esa tonalidad beige de tu sostén me hace florecer como los tallos en la primavera”. “Amor he descubierto que te amo más cuando tu lencería es más fashion”. ¿Se imaginan a las parejas comportándose así? Sin comentarios.

Es posible, que existan personas que les parezca interesante estar a la moda estacional con la ropa interior. Yo les digo a ellos que mi blog es más interesante. ¡Immmmbeshilesh!

¿Y, tú? ¿Cuál es tu estación favorita que combina con los colores de tus calzones?

sábado, 1 de enero de 2011

El día que no se pudo izar la bandera. (Sólo para mayores)

Estamos en enero del 2011. El año pasado fue un total descuido de este blog, por lo que pido disculpa a todos mis fieles seguidores -¡bah! ni mi vieja sabe la existencia de este blog-. Por alguna razón absurda dejé de escribir; luego por razones laborales, el tiempo no me da ni para respirar. A pesar de ello, el 2010 se suscitaron distintas anécdotas, con distintos sabores, olores y demás menestrones, diga menesteres. Esto me ha generado un anacronismo mental y absurdo, que me hizo pensar que ya esas anécdotas del 2010 ya no eran tan frescas para escribirlas, porque debieron ser escritas ahí no más, en el momento. Pero, ¿cuál de mis anécdotas han sido escritas con semejante frescura? ¡Imbécil!

Desde que me he creído el cuento de ser escritor, he llegado a descubrir una pasión por la escritura –por la escritura pública será-.Bloguear ha sido y es una faceta, disque artística, que me permite desarrollar mis cualidades literarias; y que gracias a que en mi club de Rotary se me otorgo la edición semanal del boletín del club, me han permitido ir puliendo un estilo propio. Y esto me ilusiona a tener proyectos literarios, como escribir novelas, o un nuevo blog de cuentos –creo que esta idea la estuve postergando, por la misma estúpida razón que me alejó de este blog-, un blog de opinión, en fin muchas cosas que se pueden hacer. Lo único que les prometo es seguir alimentando este blog y hacer un nuevo blog de cuentos, que en cualquier momento sale al aire.

Y ahora, ¿qué mierda les cuento? Como una vez manifesté, es difícil decidirse por una anécdota cuando hay varias. Claro tampoco es que piensen qué anecdótico es este pata, pero por favor por alguna vez en sus vidas compréndanme.

Pero seguiré siendo fiel a mi causa, escribiré la más ridiculizante de todas. ¡Ojo, pestaña y cejas! Hay un grupo de amigos que han reclamado esta historia, y dado que mi cuenta de ahorros no muestra un incremento… ¡ja, ja, ja! La contare con nombres y apellidos. Así que no vale picarse. Además el que hizo el ridículo fui yo. Bueno no lo hice, así fue como me dejaron.

Resulta que viajaba a Lima para el concierto de Metallica. Aproveché el fin de semana previo al concierto para estar en la capital. Llegué un sábado, y mi amigo Holguer estaba resentido conmigo porque no había podido llegar el viernes para celebrar su cumpleaños. En la tarde me reuní con él, con Willy y Allan; si ese cuarteto que parece casi un octeto.

Sobre la noche estuvimos merodeando por pubs y puntos chupísticos del rico San Miguel. Pero la ordenanza municipal de cerrar pubs pasada las 12 de la noche, nos obligaba a buscar otros nortes.

Fue ahí donde empezamos a merodear por lugares aptos para mayores de edad. Que abuso lo que hacen estos señores conmigo, corrompiendo a este niño santo y sano, porque yo soy un angelito.

Estábamos en la búsqueda de un night club, ver chicas calatas, tomar unas cervecitas y largarnos a dormir tranquilos.

Esa era la consigna. Y la verdad que no le veo nada de malo. Para mí. Después de mosquearnos por el boulevard de Los Olivos y ver que no pasaba nada, decidimos buscar un cabaret.

Llegamos a uno que quedaba casi por los límites del Callao – ¡qué miedo!- y más miedo adentro. Nos sirvieron cuatro chops para cada uno, y con eso pensábamos pasar un momento ver el baile de estas chicas que sufren de calor. Digo yo que sufren, porque aún no comprendo porque cuando bailaban se quitaban toda la ropa. Era verano y el calor las debe agobiar, pero que chicas para tener el coraje de quitarse la ropa por las altas temperaturas. Porque no mejor protestan al dueño del local y les pongan un aire acondicionado y así no tengan que despojarse de sus prendas de vestir al bailar.

El momento crucial de esta aventura culinaria, que tiene más ‘culi’ que ‘naria’, fue cuando anunciaron el show de sexo en vivo. Yo sinceramente, y bromas aparte, y al igual que mis amigos, no entendíamos de que se trataba ese show. Yo pensaba que se trataba de un baile ultra sensual de dos chicas con alguna sazón lésbica, lo cual admito me hubiese encantado ver. Y casi me creo eso porque al salir las dos chicas que tenían a cargo el show empezaron a bailar sensualmente y desnudarse. Acabó esa parte y empezó el sexo en vivo.

En qué consistía ese tan ansiado show. En que estas muchachas desaforadas de cualquier parámetro moral, ético… ¡ja! No soy cucufato. Estas bataclanas se acercaban al público, escogían a un parroquiano, lo llevaban al escenario, lo desvestían y le daban su respectivo trámite. Saben muy bien a lo que me refiero, no se hagan los/las inocentes.

Les juro que me quedé perplejo al ver eso. Y a pesar que uno de mis malintencionados secuaces me trataba de convencer de que era una oportunidad de poder tener sexo con dos flacas (gracias B.A.), la verdad que no me sentía convencido ¡las huevas!, paso.

Salía uno que otro tipejo al escenario, y yo rezando que ninguna de las dos chicas se acercaran por donde estaba sentado. Mis plegarias fueron en vano, pues una de las bailarinas se acercó a nuestra mesa, y después de la negativa del más flaco del cuarteto de gordos, que mas parece un octeto de cuatro; y además que el que estaba a mi derecha, B.A., me señalaba por mi espalda hizo que fuera yo el elegido de la mesa.

No entiendo hasta hora porque mierda no me negué. Salí al frente, al escenario, fui desvestido por las dos chicas delante de un montón de huevones que me observaban desde sus butacas. No había escapatoria, solo habría que esperar en aprovechar el momento y cumplir mi tan ansiada fantasía sexual de hacerlo con dos mozuelas féminas. Todo estaba bien, ellas rozaban sus intimidades con cada parte de mi ser, la cosa estaba tomando cuerpo y color; hasta que mi gran amigo de innumerables batallas no quiso levantar cuerpo. No lo podía creer. Que le costó a ‘pepito’ estirarse, despertarse y darme esos momentos de gloria. El desgraciado no quiso ni asomarse a la ventana, Why? Era la oportunidad precisa. Por más que me concentraba para despertarlo, él -cual cholo terco- dijo no, no y no. La desesperación se apodero de mí, al igual que la vergüenza. Entonces la fantasía estaba hecha una pesadilla infantil, ser el meollo de todas las burlas. ¡Ah! Eso no fue todo, para sentirme más ahuevado de los que ya estaba, una de estas bailarinas al hacer el último esfuerzo por despertar a ‘pepito’, me dijo: - Tu huevada no se para.

¡Nooooooooooooooooo! ¿Por qué a mí?, ¿Por qué? Por más que se disimuló el “acto” no tuve peor opción al final del show que salir del escenario recogiendo mis pertenencias que estaban regadas en el piso. Mis medias, mi calzoncillo, mi jean, mi camisa, mi billetera y me quedé buscando en medio del claro oscuro del puticlub mi dignidad. Consuelo de tontos, de los que salimos al escenario solo a uno le funcionó el apellido, y encima su suerte fue más prematura que un parto sietemesino. O sea, qué será peor, quedar como “IMPOnente” o como un imberbe precoz.

Ese día me di cuenta que ‘pepito’ no es un miembro exhibicionista, y es fiel amante de la intimidad, de la poca luz, y de la locación precisa para ‘eso’, ‘aquello’ o como quiera usted disimular la palabra. Lo que se puede concluir que impotente no soy. ¡Felizmente! Pero igual esa timidez de niño que no quiere a salir al escenario que tuvo ‘pepito’ marcó en mi vida como un centro de burlas entre los que estuvimos presentes. Y yo lo tomo como una más de las cosas curiosas que le pueden suceder a uno. De los momentos vividos en el 2010 indiscutiblemente éste tiene un aderezo especial que lo hace trascendental, para bien o para mal.

Al día siguiente, mi celular no dejaba de sonar. Los mensajes de texto y las llamadas burlonas de mis cómplices, estuvieron a la orden del día. Esta vez me tocó a mí ser el bufón de la velada, en esta vida hay que pagar todas las burlas que uno hace al prójimo. Así que caballero. Hoy por ti, mañana por mí.