Justo había terminado la fiesta de gala de la Facultad de Economía de la UNP, en el Centro Piurano, y había acompañado a mi amiga Diana a dejarla en la casa de su tía - por la esquina Junín con Huánuco-. una vez ella dentro de la casa de su tía me dirigí hacia al Tony´s donde habíamos acordado previamente todos reunirnos al terminar la fiesta.
Empecé a caminar por la Av. Sánchez Cerro, eran como casi dos o tres de la mañana, y me iba a Miraflores. A la altura del edificio Atlas en la otra vereda había un homosexual prostituyéndose, y al verme pasar, con una voz tan conchudamente ronca, gritaba: - ¡Colorao! - Seguro este pretendía que le hiciera "el favor". Yo traté de disimular el paso acelerado para evitar denotar miedo. Felizmente no paso nada y seguía caminando hacia el Tony´s. Cuando iba por la esquina de la cuadra donde se ubica el Hotel Vicús, se me acercaron en dirección contraria a hacia a mi otros dos homosexules, que trabajan de noche en toda esa zona, y uno de ellos me seguía diciéndome con una voz sensualona: - ¡Pssss!, ¡psss!, ¿Compañía guapo?
Yo no sabía como reaccionar en tan desquiciante situación, supongo que debí sonrojarme hasta más no sangrar, y el cabro de mierda me perseguía por toda esa cuadra ofreciéndome sus servicios: - ¡Pssss!, ¿Compañía?. No les miento que entré en pánico, pensé que en cualquier momento me iba asaltar, violar y porque no matar.
El maroco como que cumplió el servicio de "compañía" porque me hizo la 'taba', vendiéndose, toda esa cuadra hasta la altura del Tribi's.
A las finales bien dice el dicho: "Más vale solo, que mal acompañado". ¡Mai!
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